sábado, 26 de febrero de 2011

MARIANA ISABEL...


Escucha bien Mariana, voy a decirte algunas cosas que tal vez puedan servirte de algo cuando esos pequeños pasitos que hoy das se conviertan en pasos firmes y esa curiosidad que hoy reflejas en tus enormes ojos marrones sean la luz a través de la cual te abras paso en esta montaña rusa de emociones que los seres humanos solemos llamar "vida".


Lo primero que voy a decirte es que siempre fuiste una bebé querida. Desde antes de tu concepción ya eras amada y querida de todas las formas que puedas imaginar. Cuando tu madre nos dió la noticia de que tú ya estabas habitando en su vientre, yo sólo tuve que recordar aquella bebé de piel blanca y cabello oscuro que yo había tenido en brazos en varios sueños para saber exactamente que eras tú. Y ya desde ese momento, tus padres, tus abuelos, tus tíos-los de sangre y los que no-tus primos ya te querían. Por eso mismo Mariana Isabel, por eso mismo, es que tú jamás debes de renegar del amor. El amor es lo que te hizo estar aquí, entre nosotros, y a él siempre debes volver. Todo lo que te rodea, absolutamente todo, está impregnado de ese milagro. Ama, ama y ama, y no marques nunca las cartas ni desperdicies tu amor en cosas que no valen la pena. Tu amor siempre será tu mayor riqueza.


Sobre tu familia, bueno solo puedo hablar del lado de tu madre. Tienes una familia mestiza y de mucha, pero mucha madera fina. Llevas en tus genes la mezcla y el sabor de muchas partes del mundo. Por eso es que, aunque tengas piel blanca, seguramente bailarás tan bien los tambores de la costa y no tendrás ningún problema en abrazar y querer a alguien más oscuro, mas amarillo, más cristiano, judío o musulmán, o más pobre o más rico que tú. No entenderás como pueden existir en este mundo personas que discriminen a otras por cualquier motivo, y esa será la huella indeleble que siempre llevarás en tu rostro: la huella de la tolerancia y de aceptarnos todos como seres humanos, sin importar las diferencias superficiales que se puedan tener. Tolera siempre a los demás Mariana y nunca discrimines a nadie, sé una digna representante de tu estirpe.


Sobre tus abuelos maternos, te puedo decir que siempre podrás enorgullecerte. Aunque seguramente tu madre siempre te hablará de ello, yo solo voy a recordarte que llevas la sangre de una de las mujeres mas valientes que puedas conocer en tu vida. Seguramente sabes que me refiero a tu abuela Rosa. Y también eres descendiente en línea recta del Doctor Rodríguez, al cual seguramente te cansarás de manipular tal como lo hacía tu madre. Quiere a tus abuelos Mariana, y aprovechalos todo el tiempo que puedas. Ellos son tu conexión con ese pasado sin el cual no existiría el presente. Visitalos, quiérelos, amapuchalos y consiéntelos. Te aseguro que siempre serás la mejor medicina para cualquiera de sus achaques de viejitos. Reza por ellos, y guardalos siempre en tu corazón cuando ellos ya no estén contigo físicamente.


En el colegio sé aplicada, pero jamás dejes que te impongan lo que debes pensar. Aprende a tener tus opiniones y a hacerlas valer firmemente, pero con respeto a los demás. Aprende inglés Mariana, y después aprende un par de idiomas más. Convence a tus padres para que te dejen vivir algún tiempo en el extranjero después de graduarte de bachiller y antes de entrar a la Universidad. Necesitas ver mundo para expandir tu mente y abrir tus horizontes. Practica algún deporte en equipo, te enseñará compañerismo y disciplina. Corre, corre hasta que no puedas más, vienes de una familia de deportistas así que no tienes excusas. Lee mucho, lee todo el periódico, incluso lo que no te guste.


Respeta a tus padres. Quieren lo mejor para tí y aunque a veces no lo puedas entender, siempre estarán velando por tí. Considera que eres la primera, así que mientras tú aprendes a ser hija ellos aprenden a ser padres. Ni modo, es el karma del primogénito. Sé tolerante con tu papá cuando no te deje salir con el Fulanito áquel, o le ponga mala cara a Menganito. Entiende que él siempre te verá del mismo tamañito que tienes ahora, y que, de todas todas, él solo está aplazando ese momento inevitable en el cual, vestida de blanco y camino al altar de su brazo, le estarás rompiendo el corazón en mil pedazos.


Ama a tu país y trata de serle útil a tu sociedad. Siente el latido de tu tierra Mariana. Aprende a reconocer sus olores y sabores. Visita todas sus playas y sus montañas. Ahogate con su calor y diviértete con sus contradicciones. Críticalo todo lo que quieras pero no permitas jamás que nadie lo humille y lo pisotee. Sé una mujer patriota, no una patriotera. Aprende a reconocer lo bueno de afuera pero jamás lo utilices para despreciar lo de adentro. Si algún día tienes que partir, llevate un pedazo de tierra de acá. Descubrirás que siempre será distinta, no mejor ni peor, solo distinta, porque es la tierra de donde provienes y eso nadie lo podrá cambiar. Aprende el Alma Llanera y la Canción de Venezuela. Come todos los torontos que puedas, tienen el sabor de Venezuela en su corazón. Visita Playa Medina.


Quiérete y respétate siempre. Que nadie te diga que existe algo que no puedas hacer. Aprovecha el tiempo. Aprende de tu abuelo Nelson la alegría y el buen humor de un lunes por la mañana. De tu abuela Rosa la valentía de enfrentar la vida. De tu tía Raiza el celo en defender lo suyo. De tu tía Rina la amabilidad con todo y con todos. De tu tío Nelson la alegría y el desparpajo de la vida. Sé amiga de tus primos, especialmente de tu primo Daniel, tu más contempóraneo.


Sé amiga de tu madre. Te digo por experiencia propia que no hay mejor amiga que ella. Conviertela en tu confidente en todo y para todo. No le guardes secretos. Sácale buenas notas y pon cara de dramática cuando no hayas podido estudiar bien para un examen. Abrázala siempre y nunca dejes de pedirle la bendición. Cuando te enfades con ella no le grites. Toma su mano siempre, porque llegará el momento en que seas tú la que la tenga que llevar a ella. Dale nietos, serán su consuelo cuando ya tú no puedas cumplir el rol de la niña de sus ojos, aunque siempre lo serás, sin duda.


No fumes. Bebe alcohol aunque sin exageración. Disfruta tu adolescencia, será la mejor época de tu vida. No seas materialista y nunca humilles al que tiene menos. Haz amigos en todos lados. Come lo que te dé la gana. Defiende y cuida a los más desamparados. No hables mal de las personas. Ten valores y principios, y jamás los vendas por nada del mundo. Lee Doña Bárbara, no encontrarás mejor metáfora de tu país. Visita las Pirámides de Egipto alguna vez. Nos recuerda, como pocas cosas en la vida, lo grande y lo pequeño que somos, al mismo tiempo. Sé fanática del Magallanes. Es el equipo de tu abuela, de tu madre y de tu pueblo, y ningún equipo representa tanto la venezolanidad como él, a despecho de nuestros queridos caraquistas.


Y sobre todo, mi querida sobrina-ahijada, vive, vive mucho. La vida tiene altos y bajos, tristezas y alegrías, dolor y bienestar, lluvias y días soleados, amigos y no tan amigos, bondad y maldad, pero sobre todo eso, siempre estará el amanecer de cada día enseñando, a quien quiera entenderlo, que siempre es posible un nuevo comienzo, y que nada en esta vida es para siempre, o bueno, mejor dicho, casi nada es para siempre...


Porque el amor de tus padres y de tu familia hacia tí, sobrevivirá siglos y siglos, hasta la mismísima eternidad y mucho más allá..


Dios Te Bendiga Mariana Isabel...

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