martes, 27 de noviembre de 2012

LA HERMANA DEL "SÍ"...

Por allí hace ya algunos años se podía ver en las vidrieras y estantes de muchas librerías un libro cuyo título era "Como Decirle No a la Gente", el cual parece que fue un éxito de ventas porque, entre todas las pendejadas que contenía, parece que su revelación principal era el enseñarle a las pobres y sedientas almas de esta época que eso de decirle "sí" a cuanta persona nos pidiera algo, era más nocivo incluso que fumarse un paquete de cigarrillos al día. Pero aquí entre nos, yo creo que semejante libro constituyó un error histórico desde todo punto de vista, comenzando porque la mayoría de la gente de esta época, por no decir la totalidad, tiene la negativa preparada a hacer cualquier cosa por el otro a flor de labios, casi como un reflejo pues. No se está terminando de pedir algo cuando la otra persona ya te está pensando la excusa para decirte "no", salvo que haya un interés de por medio claro, o porque no se tenga más remedio. 

Pero aparte de todo lo anterior, también se me venía a la mente una persona con quien el autor del referido libro seguramente hubiera perdido sus reales, por no decir su tiempo y esfuerzo. Y es que, en realidad, cuando se habla de mi hermana Rina, habría es que hacer un tratado completo, y traducido a 20 idiomas, de como se le puede decir "Sí" a las personas y no morir en el intento. Seguramente seria un éxito de ventas. Y yo me ofrecería sin lugar a dudas, a hacerle propaganda por todos lados.

Porque miren que es difícil toparse con una persona así; y yo tuve la grandísima suerte de no solo toparme, sino de tenerla en mi casa durante muchos años y disfrutar en vivo y directo, y de hecho, todavía lo hago, de la más grande generosidad que yo haya podido conocer en un alma. Porque hablar de mi hermana Rina es hablar sencillamente de un alma generosa y desprendida, de todo y con todos. 

Y tiro el primer ejemplo para los que piensen que se exagera desde esta esquina. Recuerdo peleas con Nelson, con Raiza y ni hablar con Rosnel. Pero con Rina no recuerdo ni una. Si se llevara una estadística de peleas y tiempo de arrecheras entre hermanos, la protagonista de estas líneas tendría el menor promedio en ambas, lo cual habla ya de entrada del talante de persona que es mi otra hermana mayor.

Pero su fuerte siempre fue su generosidad. Cualquier cosa, leáse bien, CUALQUIER cosa que se le pidiera, ella lo hacía, y con gusto además. Tuve la suerte de ser un hermano menor consentido por sus hermanos mayores, pero lo de Rina siempre fue sobresaliente. No habia ninguna duda al momento de pedirle a alguien que me preparara un té, me planchara una camisa o se hiciera pasar por mi mamá cuando el director del colegio llamara a la casa para informar que me había jubilado de clases. Mucho menos para asistir a las constantes citaciones que en mi época de "aborrecente" llegaban desde el colegio a la casa. Rina siempre estaba allí, como mi "representante legal" porque mis papás  "siempre estaban de viaje". Y ni hablar de cuando me firmaba las boletas con siete materias aplazadas. Esas cosas no tienen precio, definitivamente. Nunca se negó, siempre había un "sí vale" en sus labios. Y con una sonrisa la mayoría de las veces. 

Pero así era con todos en la casa, y eso lo saben el resto de la camada. En el viejo sistema de repartición del TV de la sala por días entre hermanos, el día más conflictivo era el martes, porque era el día en que la generosa Rina regentaba el aparato y todos nos peleábamos para que nos pudieran ceder más horas en ese día. Rina se limitaba a repartir las horas solicitadas, siempre buscando equidad entre todos sus hermanos. Nunca hizo gala del desprecio con el que el resto de los hermanos parábamos a los otros del TV cuando era nuestro día de de dominio. Hasta en eso siempre tuvo más clase que el resto. 

Pero a la generosidad y desprendimiento, hay que sumarle el sentido de humor muy particular que tiene mi  otra hermana mayor. Sería inútil tratar de explicarlo con palabras porque para entenderlo y disfrutarlo hay que vivirlo, pero estoy convencido que todos los que han intimado con la familia saben a que me refiero. Rina es la alegría y diversión personificada. No recuerdo nunca haberla visto apesumbrada o de mal humor ni mucho menos amargada; siempre tranquila, siempre transmitiendo serenidad y alegría. 

Un hecho destacable en toda esa entrega de generosidad, es que fue mi hermana Rina la que, con toda la paciencia del mundo, se sentaba conmigo a los 5 o 6 años y me ponía a leer el librito aquel cuyo nombre se me escapa; y lo mismo hizo con Rosnel. Por eso es que mi hermanita y yo eramos de los que mejores leíamos en Preparatorio, cuando el resto de los compañeros apenas se iniciaban en la lectura. Ni hablar cuando en Primaria, con toda la paciencia del mundo también, se sentaba a ayudarme en las pendejadas aquellas de artes plásticas para las que siempre fui terriblemente malo, o cuando trataba de explicarme operaciones de suma y resta. Y también recuerdo, que fue ella la que me contagió las paperas, aunque no estoy seguro si fue por mandato de Doña Rosa. Sea como sea, esa se puede considerar la única mancha negra en su historial conmigo. 

Rina también ha sido la más vérsatil de mis hermanas. Casi que hizo de todo: tocaba el órgano, hizo curso de modelaje, de actuación, de peluquería y de otras cosas más que ahorita se me escapan. Recuerdo que incluso fui su conejillo de indias cuando hacía su curso de peluquería; bueno siempre se ha sabido que mi tumusa es resistente a la más duras pruebas, entre ellas el pulso de la mano de Rina. Y ni hablar de los gritos que le ponían a hacer en su curso de actuación o modelaje. Todavía eso forma parte del Top10 de las cosas más chistosas que cualquier persona podrá escuchar en la Rodriguera. 

Entonces, generosidad a toda prueba; desprendimiento ni se diga. No recuerdo nunca a Rina armando alguna escena porque el Viejo no le comprara algo de marca; ni se le pasó por la cabeza pedirle un carro alguna vez ni algún regalo caro y nunca la ví con esas tonterías que la mayoría de nosotros hacíamos a determinada edad. Tampoco recuerdo haberle oído alguna grosería. Lo de ella siempre fue echar broma, hacer chistes de todo y claro, ayudarte en todo lo que le pidieras. 

Como el resto de las personas tiene sus manías y defectos claros. Uno de los principales es que es algo chismosita, pero es mujer así que eso no tiene mayor relevancia. Lo cierto es que si quieres que algo se sepa dentro de la familia y no quieres decirlo de frente, solo debes comentarselo a "lenguita" (como le dice el Viejo) y todo se sabrá en el lapso máximo de 48 horas. Otra de sus manías es que se niega rotundamente a que le tomen fotos porque "siempre sale mal". Bueno, cuestión de gustos, a mí me parece que sale genial en todas las fotos, pero bueno.

Siempre he estado convencido de que el que obra bien, le va bien en la vida, y cuando tengo mis dudas sobre esto, siempre me viene a la mente mi hermana Rina. Hoy es madre y esposa, y claro que el destino no podía tratarla de mejor manera que con un buen esposo y una maravillosa hija. Mi sobrina Oriana es el sueño de cualquier padre: linda e inteligente y la mejor estudiante de su clase; no dice groserías y a sus casi 13 años está clarita en que el tal Justin Bieber es un payaso. En fin, que toda la generosidad, desprendimiento y buen humor que toda la vida ha mostrado mi hermana del "Sí" necesariamente tenía que reflejarse en lo más grande que le ha dado la vida: su hija. Es que no había otra. 

Y mi linda hermana hoy anda de cumpleaños; un cumpleaños más llenando de alegría, generosidad, desprendimiento y sencillez a esta complicada familia donde Dios tuvo el buen tino de colocarla; y donde desde siempre nos ha contagiado a todos con sus ocurrencias y sus bromas, y claro, con sus manias y sus chismes. 

Y en función de una de esas manías, y solo por ser tu cumpleaños, no coloco ninguna foto tuya; o mejor dicho, no una foto tuya directa; sé que estarás de acuerdo conmigo en que Oriana es la mejor imagen y reflejo de lo que tú has sido y seguirás siendo para nosotros por muchos años más....

Feliz Cumpleaños Gatu....






martes, 13 de noviembre de 2012

HERMANA MAYOR...

Cierto que no eres mi única hermana mayor, pero ambos sabemos que el título te queda casi como que perfecto. Es decir, Rina bien podría haber sido la más pequeña y sin embargo siempre mantendría ese aire de amigable, siempre sonriente, echadora de vaina al extremo y muchas cosas más. Pero en la difícil tarea de ser "La Mayor" el destino no se equivocó contigo: eres la Hermana Mayor por derecho y el título no puede quedarte mejor. Nelson, Rina y Rosnel seguro que coincidirán conmigo. 

Y es que no puedo imaginar como puede ser una hermana mayor distinta de lo que tú has sido. Carácter fuerte desde siempre, tu tamañito no guarda en absoluto ninguna relación con ese huracán que se desata cuando alguien tiene la brillante idea de buscarte pelea. Y ni hablar de cuando se metían con algunos de tus hermanitos. Allí saltabas como la propia fiera, aunque esos "hermanitos" fueran muchas veces de los que tiraban la piedra y escondían la mano. En el fondo sabemos que tú lo sabías, pero igualmente no dejabas que ningún extraño osara meterse con alguno de nosotros o tan solo "sugiriera" que alguna travesura había salido de algún vástago de La Rodriguera, y eso contando con que el famoso "Tobita" formaba parte de esta familia. 

Igualmente como la primogénita tuviste la oportunidad de vernos a todos babeandonos en la cuna y llorando por cualquier pendejada. De hecho, creo que a mí y a Rosnel hasta nos limpiaste el rabo más de una vez, como siempre nos recordabas cuando nosotros lo hacíamos con Rafael Antonio. Y ya desde entonces tenías la mala costumbre de agarrar cualquier cosa que estuviéramos comiendo: desde las compotas que tenías que darnos, y de las cuales nos dabas una cucharilla y te comías dos, pasando por los famosos sandwichs que Nelson dejaba haciendo en la tostadora mientras se bañaba. Recuerdo como si fuera ayer como salías corriendo de la cocina y te encerrabas en el cuarto, mientras el bolsa aquel se quedaba pensando si habían sido dos o tres los panes que había puesto a tostar. 

Y es que aunque tengas el carácter demasiado fuerte, yo recuerdo demasiadas cosas que todavía me hacen reír y que tienen tu nombre y apellido. Tu relación con el Viejo es una vaina demasiado buena, porque es la propia relación de papá-hermana mayor. Recuerdo a Papá despertándote con cacerolas, tobos de aguas y cosas por el estilo cuando tú le decías que te levantara temprano para ir a la Universidad. O aquella vez que llegaste tarde y entraste sigilosamente con los tacones en las manos mientras el Viejo dormía en el sofá, para que al final, justo cuando abrías la puerta de tu cuarto, se te cayeran los zapatos, despertando a tu querido padre en el acto. O aquella vez que no sé por que extraña razón, salías con unas tijeras y le decías a Rina que no se quedara dormida porque le ibas a cortar el largo cabello que se gastaba. Yo lo único que hacía era destortillarme de la risa, tal cual como lo estoy haciendo justo ahora.

Como la mayor fuiste la primera en ir a la Universidad, la primera en llevar un título universitario a la casa, la primera en ir a un postgrado y la primera en tener su propio TV en el cuarto. De hecho, tenías el privilegio de ser la única que no compartía habitación con nadie. Y recuerdo las peleas que Rosnel y yo nos lanzábamos para que tú nos concedieras el "privilegio" de ver la TV en tu cuarto mientras tú no estabas. En fin, cosas de hermanitos con las que tuviste que lidiar muchas veces. Para lo que siempre fuiste mala era para esconder la llave de tu cuarto cuando pretendías que nadie entrara. Rosnel y yo movíamos cielo y tierra, a veces ayudados por Rina claro, para encontrar esa bendita llave dorada y acceder a la tierra prometida que era ese cuarto con TV propia. 

Como tu carácter no fue ni nunca ha sido nada fácil, eran frecuentes las peleas entre hermanos. Tus disputas con Nelson formaron un clásico solo comparable a un Caracas-Magallanes. Es que creo que se han pasado la vida entera peleando por cualquier vaina, como cuando se dividían el banana split que le obligaban a Rina a pedir en el Crema Paraíso, pero creo que en el fondo ambos se quieren con cierta dosis de locura, que por orgullo jamás lo admitirán, pero que reflejan en cada uno de sus sobrinos. Con Rina siempre has mantenido cierto grado de complicidad y creo que son las que mejor se entienden, pero también te tiras tus peleas de vez en cuando, al igual que con Rosnel. Ni hablar con Doña Rosa. Al final son mujeres y ustedes se entienden; lo que sí es cierto es que ni de vaina se me ocurrirá llevar una novia a la casa el mismo día en que las tres hermanas andan juntas. 

Como madre eres una dictadora, pero también eres una de las mejores madres que conozco. Y es que ese Rafael no es nada fácil. Todos sabíamos que ese chinito que era puro pelo y que ni se sentía en los primeros tres meses no tardaría en desembocar todo el "estímulo" que tú te empeñabas en darle desde la barriga. En fin, que el muchacho nos salió tremendo pero bueno, y hoy en día tienes un adolescente que ya te saca media cabeza de tamaño, juega fútbol, toca guitarra y a los gritos se mantiene en la difícil academia que es el San Agustín. Estoy seguro que al final será un tremendo profesional y que con toda razón, sabrá a quien deba agradecer en gran medida cuando llegue el momento.

Con los sobrinos eres la mejor tía. Y eso teniendo en cuenta de que el pobre Hector Alexander no tenía dos horas de nacido cuando ya tú lo estabas regañando. Y aquí estamos de nuevo de acuerdo: de tí podrán decir cualquier cosa, menos que no eres una buena tía con tus sobrinos. Yo siempre he pensado que a la gente no hay que juzgarla tanto por lo que dice sino por lo que hace, y en este sentido, te ganas el título de la Tía del Año, y creo que eso lo saben desde Héctor Alexander hasta Mariana Isabel.

Y conmigo, bueno, clase aparte. Claro que hemos tenido nuestros encontronazos, pero creo que soy con el que menos has peleado. Siempre supe que conmigo eras un poco más especial que con el resto. Supongo que de cierta manera, fui un pequeño juguete para tí cuando era un recién nacido y esa visión no te abandonó nunca. Pero más allá de todo, siempre fuiste una buena hermana. Recuerdo cuando eras toda una ejecutiva con carro del año y con varios pretendientes detrás. Fue en esa época cuando cumplí los 18 años que me fuiste a buscar para llevarme a un caro restaurant a almorzar para celebrar mi mayoría de edad. Mucho más atrás, recuerdo que fuiste la que me llevó a mi primera práctica de fútbol, cuando contaba con solo 7 años y era un mocoso que se asustaba por todo; o aquella vez que me acompañaste en el autobus al Colegio San Ignacio de Loyola para mi primer partido fuera del San Agustín. Ni que decir que fuiste la única que osó darme su carro para que yo lo manejara, o la primera que me honró nombrandome el padrino de su único hijo. Y también creo que fuiste la primera que me regaló un preservativo. 

Siempre se ha dicho que los hermanos son los amigos que uno nunca escogió, pero de haber podido elegir una hermana mayor seguramente la misma no sería muy distinta a lo que tú has sido, tanto para mí como para el resto de la camada. Quiero que sepas que siempre te he querido pero sobre todo admirado por lo que eres, y por como afrontas la vida con ese carácter siempre indomable y férreo. Te podrás equivocar o no, pero siempre mantienes tu posición y tu coherencia y eso es algo que por estos días no se ve mucho. Y eso te hace sumamente especial y única, sobre todo porque al final, pareciera que como toda hermana mayor, siempre terminas teniendo la razón.

Feliz Cumpleaños Hermana Mayor; gracias por cambiarme los pañales y consentirme a tu manera, pero sobre todo, muchas gracias por estar siempre allí para todos....




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