viernes, 9 de abril de 2010

DE NARANJAS, ANGELES Y MILAGROS

"DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS VUELAN LOS ANGELES GUARDIANES, SIEMPRE CELOSOS DE SUS VOTOS CONTRA ATROPELLOS Y DESMANES..." (Silvio Rodríguez, "Cita con Angeles")

Cuentan que velan a los gentiles seres con alas de otro mundo. Así dice la letra de una excelente canción de Silvio, refiriendose a esas criaturas aladas que según nuestro conocimiento vulgar, habitan entre el cielo y la tierra, bajando y subiendo, y que tienen como misión fundamental, proteger a cuanto bicho recorre ese largo e indescifrable camino que nosotros llamamos vida.

Siempre hemos relacionado a estos seres alados con todo lo bueno que nuestros sentidos puedan imaginar. Así, siempre pensamos que visten de blanco, porque son simbolos de pureza. Siempre son hermosos, porque son reflejo fiel de la belleza de Dios. Siempre son niños, porque en ellos cabe toda la inocencia del Universo. Son, en definitiva, paradigmas de lo perfecto, de lo deseado, de lo mas puro.

Claro que siempre vendrá un aguafiestas a recordar que angel también era lucifer (el mas hermoso de todos dice la leyenda) y todos los demonios que alguna vez intentaron darle un golpe de estado al Chivuo que está por allá arriba. A esto responderán los especialistas en materia angelical y tal vez refuten que aquellos no eran angeles, sino querubines, y que no, que no es lo mismo hablar de unos y de otros, y que los serafines son éstos, y los querubines aquellos, y bla bla bla...

En todo caso, lo importante acá, es esa imagen que tiene el ser humano de lo que es un ángel. Seres poderosos, guardianes protectores, soldados con poderes sobrehumanos siempre dispuestos a utilizarlos para defender a sus inocentes y no tan inocentes "clientes", así como preparandose para cuando llegue la batalla de todas las batallas, según creo que dice el Apocalipsis.

Pero yo hoy quiero hablar de otro tipo de angeles. Claro, sin querer desconocer la existencia de esas otras criaturas aladas, y arriesgandome a una demanda judicial por apropiación indebida de nombre e imagen del Cuerpo Celestial Angelical (aunque según dicen, en el Cielo no hay abogados, pero uno nunca sabe), es mi deseo hacer referencia hoy a otro tipo de seres, tan indefensos, tan vulnerables, tan llenos de defectos y debilidades, en fin, tan humanos como nosotros.

"No somos ángeles, no caímos del Cielo, la gente que busca amor verdadero"...si mal no recuerdo así decía una canción de la italiana Laura Pasini. Pero realmente yo no podría estar mas en desacuerdo. Si, es verdad que no caímos del Cielo, también es cierto que muchos no somos ni lo seremos, pero creo que sí tenemos muchos ángeles entre nosotros, cumpliendo, sí es posible, muchas de esas labores que nuestra limitada mente solo puede atribuirle a seres de otro mundo, perfectos, hermosos e inocentes. Nada que ver con los imperfectos, horrorosos y pecaminosos seres humanos.

Pero mira que la vida te da sorpresas. He tenido la bendición (porque definitivamente es un regalo) de conocer y compartir con algunos de estos seres nada bonitos, mucho menos perfectos, tan pecadores como el que escribe y cuya única alas que podrán tener son las de pollo que pedirán el algún restaurant, pudiendo comprobar que definitivamente, el ser o no ángel no se trata solamente de un estado celestial, sobrenatural o como quieran llamarlo. Esta gente me enseñó que cualquiera de nosotros puede convertirse en un guardián celestial, de carne y hueso, así sea por unas pocas horas, de muchas personas necesitadas de este mundo.

¿ Quienes son estos querubines, serafines o como quieran llamarlos, de carne y hueso? No les estoy hablando de nada extraordinario, o por lo menos no en apariencia. Se trata sencillamente de un grupo de panas que se reúnen una vez al mes, para llevarle un plato de comida a cuanto necesitado se encuentren en las calles. Eso es todo lo que hacen. No hay grandes salvaciones de personas. Tampoco hay milagros increíbles. Mucho menos hay una batalla campal contra el lado oscuro de la fuerza. Nada de eso. Y sin embargo, en ese simple y sencillo acto de dar, en mi opinión, se concentra, de alguna forma que no puedo entender ni mucho menos explicar, la fuerza de todo el Universo. Y esa fuerza universal produce milagros, tal cual como nosotros se lo atribuimos a los seres alados de otro mundo.

Y no les hablo paja. Yo mismo tuve la fortuna de comprobarlo, cuando no se por qué, fui invitado a unirme a esta gente. El milagro se produce de múltiples maneras. La primera es el cambio automático que se produce en tu perspectiva del mundo que te rodea. Cuantas veces no había pasado yo por esa calle, cuantas veces no había recorrido yo aquellas avenidas, sin darme cuenta nunca de lo que pasaba a mi alrededor. Pero allí estaban, esos muchachos que no pasarían de 17 años, durmiendo sobre unas cajas de cartón y realmente afectados por la maldita droga, que les roba la esperanza de un futuro. Allí estaban también aquellos señores, con sus ropas andrajosas y caminando con su bolsa de latas, bajando la mirada como si les diera verguenza que se le vea a los ojos. Mas allá estaba la señora viviendo en un carro quemado, y que tiene como coleccionada como 100 chapas de bebidas.

Y no es que ellos no entraban antes en la visión de mis ojos. Para nada. Uno por lo general los ve, pero nunca los miramos de verdad. Preferimos ignorarlos y pasarles de largo. Pero es justo cuando sales a la calle con la misión precisamente de buscarlos, de encontrarlos para darles un plato de comida, es justo en ese momento, cuando se produce el milagro. Ya no solo ves al mundo que te rodea, sino que lo miras de verdad. Y el milagro no se acaba allí, porque una vez que ya has mirado y no visto nada más, ya no podrás permanecer mas nunca indiferente a estas personas. Aquí tenemos otro milagro, y no atribuible precisamente al Cuerpo Celestial de Angeles.

Pero hay más. Con cada plato de comida que entregas, te vas mezclando en una interacción personal con estos necesitados totalmente inimaginable para tí 2 horas antes. Te vas interesando por ellos. Te sorprendes preguntadole sobre su vida, y más aún te sorprendes cuando te responden, cuando te hablan, cuando te dicen bienvenido dentro de un puente debajo de la autopista. Otro milagro más pues. ¿ cuando te imaginastes tú en semejante escena?

De este listado de hechos milagrosos, también se derivan increíbles anecdotas. Las hay de todo tipo: desde la mujer orgullosa que no acepta un plato de comida gratis porque ella no se lo ha ganado, hasta el hermano acabado por la droga, que vive debajo de un puente y que aún así, tiene la educación de preguntar si en el grupo que se metió en el túnel, había alguna señorita, porque él andaba en "paños menores" y no quería faltarle el respeto a nadie. Increíble. Este fue el mismo personaje que nos dijo que nosotros eramos unos "angeles" enviados por Dios, porque a ningún ser humano racional se le ocurriría meterse en esa cueva a llevarle comida a alguien como él.

También existen, al lado de los milagros y las anécdotas, los momentos en que a uno se le agua el guarapo. En mi caso particular, fueron dos: el primero, cuando le dimos de comer a una mujer con su pequeña niña que no pasaría de cinco años, y esa muñeca con su sonrisa de verdadero angel me dijo con su vocecita "Gracias señor"...ok debo confesar que tuve toda la intención de secuestrar a esa niña y llevarmela a mi casa.

Pero el momento que más dolió fue cuando interceptamos a uno de esos pequeños que hacen malabares en los semaforos con pelotas. Bueno, lo de pelotas es un decir, porque cuando nos acercamos al niño, pudimos darnos cuenta que sus torpes malabares los hace con conchas DE NARANJAS!!!..porque según sus propias palabras, no tiene para comprarse unas pelotas de tenis. Y más arrechera (por no decir tristeza) me dió cuando viendole su cara sucia medio tapada por su gorra, pude comprobar que casi es de la edad de uno de mis sobrinos. (No mas de 12 años). No me dió razón de sus padres ni si estaba estudiando. Pero creo que podemos sospechar con real certeza cual es la respuesta a esto.

Pero bueno, son gajes del oficio de acompañar a estos angeles terrestres en sus misiones de cuidar a los indefensos de la tierra. Como pueden observar entonces, no es solo el acto de darles un plato de comida lo que de verdad interesa acá. Lo realmente importante es el milagro que se produce en el interior de esas decenas de personas que sacrifican todo un día que debería ser de descanso y joda con los panas, para dedicarse a darle un consuelo de vida a tantas personas necesitadas que, gustenos o no, forman parte de nuestro mundo. Es ese milagro de cambiar los paradigmas, de mirar de manera real lo que nos rodea, de tocar y hablar con esa gente que hasta hace dos días eran unos "indigentes", y que ahora se han convertido, por obra de esa fuerza del Universo, en hermanos que no podemos ignorar.

Y es que si a ver vamos, ¿quien puede negar que todos esos jovenes, niños, ancianos y hombres y mujeres adultos que hoy vemos como necesitados, no estarán algún día en un estrado, testificando a nuestro favor, ante ese Tribunal de Justicia que algún día nos pedirá cuenta de todas las riquezas y dones que nos fueron concedidos?

Y me parece que eso es lo fundamental entender. Siempre nos quejamos de toda vaina, nos lamentamos por todo, pero somos incapaces de hacer lo más sencillo, lo mas fácil. Queremos arreglar el país y el mundo entero, queremos que no hayan mas injusticias y calamidades, pero somos incapaces de devolvernos en una acera y comprarle una canilla a una persona que está tirada en la calle y que seguramente está hambrienta. Paradojas de nuestra condición de ser humano.

Entonces, por supuesto que existen los ángeles . Pero insisto, no solo tienen tal mote los seres alados y vestidos de blanco que, según dicen, pululan entre el cielo y la tierra, haciendo milagros y protegiendo a todos los inocentes de este mundo. Antes bien, existe todo un ejército de hombres y mujeres, jovenes y no tan jovenes, anónimos, llenos de defectos, sin ningún tipo de publicidad y sin esperar nada a cambio, que se fajan a darle una pequeña ayudita a esos hermosos querubines y serafines de belleza sin igual.

Por mi parte, he descubierto que al lado de todos los defectos que pueda tener, de todas las inseguridades y errores que uno comete y seguirá cometiendo en esta vida, me reconforta saber que siempre habrá vacantes para ejercer el puesto de ángel, así sea por dos horas una vez al mes. Por lo tanto, espero tener siempre la fortuna de seguir topandome con esa gente tan rara que sacrifica un día de descanso para ir a buscar gente necesitada en la calle y regalarles un plato de comida.

Porque los angeles existen, y hasta con naranjas hacen malabares...

"POBRE LOS ANGELES URGENTES, QUE NUNCA LLEGAN A SALVARNOS, SERÁN QUE SON INCOMPETENTES, O ES QUE NO HAY FORMA DE AYUDARNOS??, PARA EVITARLES MAS DOLORES Y CUENTAS DEL PSICOANALISTA, SEAMOS UN TILIN MEJORES Y MUCHO MENOS EGOISTAS..."

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